Hace 40 años y tras mucho trabajo por parte de los ingenieros de Audi nacía el primer motor de cinco cilindros de la marca. Los antiguos de cuatro cilindros ya eran insuficientes y aunque se intentó introducir seis, el resultado no era el adecuado por razones de peso y espacio, así que cinco fue la opción que salió adelante.
El tiempo no ha hecho más que darle la razón a esta apuesta, desde aquel tímido motor de 136 Cv y una cilindrada de 2,1 litros que montaba el Audi 100 hasta el día de hoy no solo han pasado 40 años, sino que se han sucedido multitud de innovaciones que le han valido a la marca alemana para cosechar numerosos reconocimientos. El Audi 200 estrenaba la primera versión diésel en 1978, un año más tarde pasaba a ser turboalimentado y en el año 80 incluía turbocompresor, intercooler y tracción quattro. En el 89 el cinco cilindros ofrecía inyección directa controlada electrónicamente. En 1994 este motor permitió al RS 2 revolucionar el mercado con su carrocería familiar y sus 315 CV. En 2009 conseguía 340 CV y en 2012 pasaba a los 360 CV.
En la competición, el motor de cinco cilindros fue campeón del Campeonato del Mundo de Rallyes, cabalgado por Hannu Mikkola en 1983 y se hizo con el Campeonato de Pilotos y el de Marcas en 1984 con Stig Blomqvist a los mandos. En 1987, Walter Röhrl ganaba, también con este motor, la Subida al Pikes Peak.
El motor cinco cilindros ha cosechado éxito tras éxito y por eso un jurado internacional lo ha elegido “Motor del Año” siete veces consecutivas desde el año 2010. Ahora, solo nos queda desearle que cumpla muchos más renovándose continuamente y haciéndonos disfrutar en la carretera como hasta ahora.